ALGUNAS CONCLUSIONES SOBRE LO QUE HAN DEJADO LAS PASO (Y LOS DESAFÍOS POR DELANTE)
Antes que nada partimos de señalar que si bien los resultados que dejan las PASO podrían llegar a marcar una tendencia de cara a las elecciones generales, no obstante todavía resta un tramo de la campaña que puede llegar tanto a ratificar alguna de las conclusiones aquí vertidas como a atenuarlas.
1_ Un primer hecho objetivo que deja las PASO es que el PRO en el Gobierno ha avanzado en su capacidad para instalarse como fuerza política a nivel nacional a partir de posicionarse mejor con candidatos propios. Y de confirmarse estos números, tendría mayor peso en el Congreso aumentando un poco las bancas en ambas cámaras. No obstante, lejos del discurso exitista que baja del mismo gobierno, y que amplifica la gran mayoría de las empresas de medios de comunicación, en donde se intenta mostrar una victoria casi arrolladora del oficialismo, la realidad objetiva es que los porcentajes que lo votaron no variaron en lo sustancial del 2015. Lo que implica que durante este año y medio el gobierno nacional no sumó significativamente nuevos respaldos de parte de la población. Lo mismo se puede decir de un eventual aumento relativo de bancas en el Congreso ya que, aun manteniendo en Octubre estos votos, seguiría sin tener mayoría propia en el Senado y en la Cámara de Diputados. El supuesto “fortalecimiento” del que por estos días se viene hablando, choca con el dato objetivo de que las 2/3 partes de la población no votó al Gobierno. Esto no sorprende si se tiene en cuenta que su política está basada en ajustar al pueblo trabajador y en concentrar y extranjerizar más aún una economía que ya venía con esas características de antes, con aumento de tarifas, desempleo, inflación, baja de salarios y jubilaciones, endeudamiento externo y fuga de capitales mientras los bancos, los hipermercados, los pools de siembra y otros grandes grupos económicos siguen enriqueciéndose.lejos del discurso exitista que baja del mismo gobierno, y que amplifica la gran mayoría de las empresas de medios de comunicación, en donde se intenta mostrar una victoria casi arrolladora del oficialismo, la realidad objetiva es que los porcentajes que lo votaron no variaron en lo sustancial del 2015
Hay un malestar general con la situación actual en que se vive y no solo lo siente la mayoría que no votó en estas PASO al gobierno; también atraviesa a una parte de quienes sí lo hicieron. Son quienes optaron por Macri frente a Scioli en la segunda vuelta del 2015 y todavía guardan expectativas en que se puede superar este “mal momento” y que el mismo es producto especialmente de la “herencia recibida”. Por eso habría que preguntarse si esa parte del tercio que lo votó le está dando un “cheque en blanco” a cualquier medida de ajuste contra el pueblo o si muchos de esos votos no se explican por seguir optando por “un mal menor” que rápidamente puede derivar en un retiro en el apoyo al momento de intentar profundizar sus políticas de ajuste o que se terminen agotando las expectativas que aún tienen. Sin embargo la percepción de que el macrismo salió “fortalecido” se apoya sobre todo en el interrogante previo que existía alrededor del gobierno en relación precisamente a ver también ese malestar creciente de parte de la población frente a las políticas de ajuste. Se puede decir que el triunfo del gobierno fue haber prácticamente mantenido sus votos. Dicho esto sin la menor ironía y sacando conclusiones con la mayor objetividad posible: luego de un año y medio de una política de ajuste, un sector minoritario pero importante de la población sigue depositando expectativas, mayores o menores, en el Gobierno. Cuánto tiempo se mantendrá esta relación con “su” electorado, es difícil saber. Sin embargo, lo que no parece es que esos votos impliquen incondicionalidad alguna. Esa débil relación sumada al hecho de que la mayoría no lo votó, y más bien lo cuestiona, explica que una vez superadas las PASO desde el entorno del gobierno se siga hablando de “gradualidad” en el ritmo para las medidas de ajuste que al gobierno le exige el empresariado más poderoso (1).
Para ello es importante no perder de vista la gran cantidad de movilizaciones que hubo este año y medio y que las más numerosas y potentes de ellas tuvieron fuertes elementos de expresiones desde abajo y de autoconvocatoria. Los cacerolazos y ruidazos contra el tarifazo. Las movilizaciones docentes, algunas de las cuales fueron muy importantes. Las impresionantes movilizaciones de las mujeres, incluyendo el paro desde abajo que hicieron el 8 de marzo contra el ajuste del gobierno. La movilización de los trabajadores el 7 de marzo y la imposición a la burocracia del primer paro general. La multitudinaria marcha contra el 2X1. Y la última por la aparición con vida de Santiago Maldonado. En todo caso si no se desarrollaron más todavía fue porque ese proceso embrionario fue y es obstaculizado por las direcciones políticas y gremiales que todavía tienen el poder para hacerlo (¿cuánto hubiera avanzado el proceso político y social si después de la marcha de centenares de miles contra el 2×1 se hubiera llamado a marchar con la exigencia de que se fueran los jueces de la Corte? ¿O si se le hubiera dado continuidad a la formidable movilización obrera que arrancó el paro y al importante paro en sí?). Y encima no es alentado tampoco por la izquierda clásica que disputa entre sí por dirigirlo en vez de ayudar a que se desarrolle en un proceso de autoorganización. Y si bien el embrionario proceso desde abajo no logró aún superar las trabas de los aparatos políticos y gremiales que, por lo tanto, le facilitaron al gobierno canalizar la lucha política y social en el terreno electoral, al menos hasta las PASO, también es un dato que todas esas luchas contradicen algunas caracterizaciones que señalan una supuesta derechización de la población que se habría reflejado en los resultados de las primarias. Primero porque, como ya señalamos, una parte importante del voto a Cambiemos tiene una connotación de rechazo al kirchnerismo más que de apoyo a la política macrista, con lo cual su caracterización ideológica no está todavía definida, y segundo porque lejos de una derechización, la gradualidad del ajuste a la que se vio obligado el gobierno fue producto de estas luchas y del malestar general, y no hay elementos que nos lleven a descartar que no se vaya a profundizar ese malestar ni multiplicar las luchas en el futuro. Ni por los ánimos de la población ni por la marcha de la economía. Lo primero por lo que viene mostrando un sector muy importante de la población como tendencia a movilizarse y enfrentar las políticas del Gobierno. La convocatoria obligada de este martes (22 de agosto) de la CGT reafirma esa caracterización. Lo segundo porque todo el “proyecto” económico del gobierno se encuentra prácticamente agarrado en su totalidad del endeudamiento, tanto interno como externo, y eso le da una fragilidad notable (por eso el poder económico está orientado mucho más a hacer negocios rápidos vía “bicicleta financiera” que a inversiones de largo plazo, las que, en todo caso, para realizar, ese poder le reclama al gobierno que primero concrete reformas impositivas, previsionales, laborales y fiscales antipopulares que Cambiemos hasta ahora no ha tenido la fuerza política para intentar), y ante la menor variación (por ejemplo con un aumento de los intereses de la Deuda) puede derrumbarse todo el precario andamiaje sobre el cual se asienta políticamente.el FPV ha perdido fuerte respaldo en la población, fundamentalmente a partir de los últimos años de gobierno donde las condiciones de vida de la población trabajadora comenzaron a mostrar un cierto retroceso como producto del ajuste que empezaba a sentirse de manera general, consecuencia a la vez de optar por no tocar intereses del poder económico
2_ Otro elemento de enorme importancia que arroja los resultados de las PASO fue la confirmación de la crisis del PJ. Quizás en términos estratégicos sea el aspecto más importante de todos. Algo que ya había salido a la superficie con claridad en el 2015, pero que en esta elección se ha evidenciado notablemente. El PJ como tal no ha podido mostrarse como una variante opositora al gobierno a nivel nacional, y apenas logró ganar en tan solo 6 provincias de las que es actualmente gobierno. Sin esa conducción nacional, el desmembramiento y la fragmentación es cada vez más evidente. Massa y Randazzo son parte de ese desmembramiento y sus resultados saltan a la vista. La crisis del PJ no puede ubicarse en otro marco que no sea el de la crisis de representación que atraviesan a todos los partidos del Poder, como resultado de décadas de gobiernos (Radicales, Peronistas y alianzas de las que han sido parte) que, priorizando los intereses de grandes grupos económicos, llevaron adelante políticas que paulatinamente fueron deteriorando las condiciones de vida del pueblo trabajador. Sin embargo la crisis del PJ ha dado un paso más en su profundidad en los últimos tiempos por su compromiso de gobernabilidad con el macrismo que lo llevó a votar muchas de las leyes de ajuste que el oficialismo impulsó. De ahí su imposibilidad para mostrarse ante la población como una alternativa creíble al gobierno.
3_ Un párrafo aparte merece la dinámica que está teniendo el kirchnerismo como parte también de esta crisis, que si bien se encuentra vinculado al PJ, no obstante posee su propia especificidad. Se puede decir que este resultado, que insistimos habrá que esperar si se confirma o no en las elecciones generales, muestra al FPV en una clara tendencia decreciente desde el 2011 para acá, año en el que obtuvo el 54 % y en el que imperaba en el imaginario social el “vamos por todo” “y que era “la hora de profundizar el modelo”. Desde entonces a esta parte el FPV ha perdido fuerte respaldo en la población, fundamentalmente a partir de los últimos años de gobierno donde las condiciones de vida de la población trabajadora comenzaron a mostrar un cierto retroceso como producto del ajuste que empezaba a sentirse de manera general, consecuencia a la vez de optar por no tocar intereses del poder económico, alejándose de las expectativas de “profundizar el modelo” o más precisamente de hacer las transformaciones de fondo institucionales y en la matriz productiva por las que peleamos desde AyL. Pero también durante este año y medio donde nunca se puso a la cabeza de la lucha y la movilización contra el ajuste. Muy por el contrario. Varios legisladores salidos de sus filas votaron con el oficialismo políticas de ajuste (en el Senado, por ejemplo, fue ostentoso el apoyo que le dio al pago a los Fondos Buitre). Como también hay que recordar que no solo la propia Cristina Kirchner ni encabezó ni llamó a movilizarse contra el ajuste, sino que incluso, como ha ocurrido recientemente, fue por pedido de ella que los gremios más vinculados al kirchnerismo suspendieron la marcha que habían fijado para el 7 de agosto pasado. Esto no hace más que mostrar los límites que siempre ha tenido para construir un proyecto alternativo de país. Mientras fueron gobierno, más allá de las mejoras sociales que se obtuvieron durante los primeros años, nunca llevaron adelante los cambios de fondo para un proyecto económico, social y político distinto. Las fortunas destinadas a pagar una Deuda fraudulenta, el mantenimiento de una matriz productiva profundamente concentrada y extranjerizada, el comercio exterior en manos de las cerealeras y la banca en manos del capital especulativo, sumado a que no llevó adelante ningún cambio de orden institucional que le permitiese a la población disponer de mecanismos para tomar decisiones políticas de fondo que la afectan (sea, por ejemplo, para remover directamente un funcionario corrupto o para decidir si los 9.000 millones de dólares que se usaron para pagar a los fondos Buitre no podrían haberse utilizado para construir viviendas, escuelas y hospitales), todo esto da cuenta de que nunca existió un proyecto alternativo. Y esa ausencia es lo que explica en parte que hoy ese gran poder económico (los que se la llevaban “en pala” antes y los que se la llevan también ahora) que le exige a Macri el ajuste que está implementando, mantenga esa enorme capacidad para incidir en las decisiones políticas, y que frente a ese poder todavía no se haya podido construir una alternativa propia del pueblo trabajador. El declive del kirchnerismo está sustancialmente relacionado a esta falta de alternativa política. Y la inédita campaña electoral realizada por el kirchnerismo, a la defensiva, casi escondiéndose, dejando trascender críticas a las políticas de ajuste pero sin proponer nada alternativo, quejándose del endeudamiento, pero sin proponer desconocerlo, por ejemplo, refleja su impotencia programática y la imposibilidad de encabezar un proyecto alternativo de fondo al macrismo. No hay duda que eso volvió a ser un dato favorable, relativo pero favorable, para los resultados obtenidos por Cambiemos. Y también explica que esta vez, ya con una lista encabezada por la propia ex presidenta, los resultados fueron similares a los obtenidos por el desprestigiado candidato Aníbal Fernández en el 2015.
4_ Respecto a la izquierda anticapitalista, es un hecho objetivo que, como parte de la misma, el Frente de Izquierda ha logrado instalarse a nivel nacional colocándose como referencia exclusiva en el país. Los resultados de las PASO ratifican esa ubicación. No obstante, si se hace una comparación con los resultados obtenidos en las elecciones del 2013 (2), no ha existido prácticamente un incremento en el caudal de votos. Lo que ratifica las dificultades que tiene la izquierda clásica para poder interpelar a la gran mayoría de la población trabajadora que sigue mirando con expectativas, muy débiles pero expectativas al fin, a los partidos del Poder, esto a pesar de ser un sector social particularmente castigado por las políticas de ajuste, y en una etapa histórica donde la profundización de la crisis del PJ deja un gran espacio para la construcción de una alternativa. A lo que habría que agregar, a su vez, una crisis y desprestigio generalizado del conjunto del régimen político-institucional. Esa situación pone al desnudo la inexistencia de denuncias globales a ese régimen en el discurso electoral tanto del FIT como del resto de la izquierda tradicional (que ni siquiera aprovechó la oportunidad del debate sobre el “caso De Vido” para hacerlo), y por esta razón la ausencia total de propuestas alternativas de tipo institucional como podría ser la democracia directa, la revocatoria de mandatos, etc. En lo fundamental su campaña electoral radicó en dar propuestas vinculadas a problemas sectoriales donde -atada a su concepción de construcción de partidos-dirección- el eje se pone para lograrlas en la nueva dirección a construir. Los trabajadores y el pueblo –y su autoorganización- siguen en su discurso en un lugar secundario. Por otra parte, las disputas constantes que mantienen entre sí las fuerzas de la izquierda clásica, que en general intentan ocultar durante las campañas electorales, reflejan que lejos de buscar la tan reclamada “unidad de la izquierda”, siguen priorizando la construcción de su propio partido, llevando incluso sus disputas al interior del movimiento obrero. Son estas mismas disputas las que explican, no solo la imposibilidad de construcción de una herramienta unitaria en lo cotidiano, allí donde más la necesitaría el pueblo trabajador para enfrentar las políticas de ajuste al servicio de los grandes intereses del poder económico, sino también las dificultades para aprovechar mejor el espacio electoral que deja el desprestigio de la dirigencia política tradicional. en el único lugar (CABA) donde se presentó una izquierda anticapitalista alternativa (Autodeterminación y Libertad) al FIT, y al resto de la izquierda clásica, el resultado en votos fue prácticamente idéntico a los obtenidos por el Frente de Izquierda.
Por supuesto que las responsabilidades por esa incapacidad de interpelación no puede achacarse exclusivamente a la izquierda tradicional (en cualquiera de sus variantes), como ya señalamos no ha habido rupturas hasta el momento de sectores de la población con el gobierno ni con el resto de los partidos del Poder, más bien al contrario, todavía se siguen depositando expectativas en esas fuerzas, por más débiles que sean, lo que pone un límite objetivo para el crecimiento de un proyecto radical y anticapitalista. De cualquier manera no se puede desconocer que es un dato también objetivo que el Frente de Izquierda no ha podido sumar un número significativo de votos en cuatro años donde el malestar social fue creciendo paulatinamente y donde ocupó un lugar continuo y sostenido en los medios de comunicación y en las instituciones nada despreciable.
5_ Finalmente se puede decir que en el único lugar (CABA) donde se presentó una izquierda anticapitalista alternativa (Autodeterminación y Libertad) al FIT, y al resto de la izquierda clásica, el resultado en votos fue prácticamente idéntico a los obtenidos por el Frente de Izquierda. Lo que pone en evidencia la potencialidad y el espacio que existe tanto para propuestas de democracia directa como alternativa a este sistema de representación que defiende intereses empresarios, como la forma y el camino para poder avanzar en medidas anticapitalistas: la movilización del pueblo trabajador autoorganizándose y autodirigiéndose. Nuestra consigna: “ajustar a los de arriba con el pueblo trabajador decidiendo todo”, una consigna que seguramente deberá ser mejorada para que sea más clara y atractiva, pero que en su sentido político es valiosa como alternativa al ajuste macrista que afecta a todo el pueblo en beneficio del poder económico multinacional, y como construcción del poder de los de abajo para lograrlo, frente a un régimen de la clase dominante debilitado por su crisis de representación y desprestigiado por su degradación y corrupción.
Por su parte, nuestro resultado electoral debe ser valorado, además, partiendo del hecho objetivo de haber llevado adelante una campaña prácticamente sin espacio en los medios de comunicación y frente a un gran obstáculo para la construcción de una izquierda alternativa como es el Frente de Izquierda. Seguramente, nuestra participación sistemática en los principales conflictos, por ejemplo el reciente en Pepsico como en tantos otros pero con menor repercusión mediática, nos ha colocado en un lugar de visibilidad y respeto, que no hay que descartar que también haya sido reconocido electoralmente.
Por último, vale destacar que si se suman los votos de estas fuerzas, se puede concluir que aproximadamente el 9 % de la población de la Ciudad optó por una izquierda anticapitalista. Un número relevante políticamente.
6_ Las PASO ratifican el gran espacio que existe para la construcción de un proyecto alternativo. Si bien los partidos del Poder siguen cosechando la enorme mayoría de los votos, y esta es una de las principales conclusiones que debemos seguir sacando elección tras elección, lo hacen con herramientas (dirigentes, partidos) cada vez más desprestigiadas. Aquí y en gran parte del mundo, estos partidos del Poder siguen ganando con la política del “menos malo”. Al no generar expectativas por sí mismos en la población, ganan con el argumento que “el otro es peor”. Así, la imposibilidad de construir una verdadera alternativa para cambiar de raíz este sistema con esta dirigencia política se torna cada vez más evidente. Tan evidente, nos parece, como el hecho de que si no es el pueblo trabajador el que tome en sus manos la lucha por construir esa alternativa, auto-organizando y auto-dirigiéndose, jamás podremos derrotar un sistema que nos explota, nos oprime, nos saquea y destruye nuestro planeta. Una alternativa donde sea el pueblo trabajador el que decida y mande, y no ellos: los “menos malo”. Frente a esos desafíos estamos.
Buenos Aires, 23 de agosto del 2017.
(1) http://www.perfil.com/…/hace-falta-mas-que-13-de-pais-para-… (Hace falta más que 1/3 de país para gobernar)
(2) En sus balances el FIT hace la comparación con el 2015 para concluir que sí ha existido un incremento en la cantidad de votos (cosa que efectivamente es así si se parte de allí). Pero se sabe que históricamente la izquierda ha obtenido mejores resultados en elecciones legislativas que ejecutivas (2015), con lo cual nos parece mejor hacer una comparación entre elecciones legislativas para evaluar si hubo o no una variación significativa en términos de votos.
Muy buen análisis!! Vamos Ayl!, desde el llano militamos para que haya mas conciencia que este capitalismo nos lleva al precipicio…
Luis.
A 10 días de esta nota, tenés un sólo comentario.
Estás pasando completamente desapercibido.
Como puede ser que en esta página web no estén clararamente explicadas las propuestas de ayl??
Por que si entro a la sección propuestas, lo único que encuentro son notas periodisticas y denuncias? Esta muy bien que las haya, no digo que no, pero la realidad es que nadie comprende bien que ofrece ayl.
Ahora, esto es a proposito? Se les complica organizar un sitio web? O sencillamente no tienen nada que ofrecer?
Luis, date cuenta que los votos que obtuviste en las paso son porque la gente piensa que sos fiel a tus ideales e incorruptible ( sospecho que es cierto), pero no estás mostrando nada, dale una oportunidad a la gente de que conozcan claramente que proponen.
Saludos
La izquierda clásica se impone en las universidades, en los sindicatos antiburocráticos, en los movimientos de mujeres y en las luchas a lo largo y ancho del país, etc construyendo desde abajo hacia arriba con miles de luchadores en las listas y en movilizaciones por todo el país, esa izquierda que al entender de ayl es sectaria, dogmática, clásica, etc. no es testimonial como lo es ayl que aparece de menera oportunista en CABA en cada elección legislativa o ejecutiva y cuyo referente visible es Luís Zamora… alguien puede pensar que existe algún otro partido tan verticalista y sectario como lo es ayl. El prestigio de Luís Zamora lo tiene ganado, pero con eso no basta para transformaciones profundas que el PAÍS necesita, que la clase trabajadora necesita.
luis querido, conta con mi voto. Te necesitamos en el congreso. Deberias hacer campaña de la cantidad de votos que te faltan para ingresar, de esta forma la gente se concientiza un poco