ANTE EL RECORTE DEL PRESUPUESTO DE LA UBA
La semana pasada, lxs docentes universitarixs coronaron su lucha salarial de más de cinco meses y doce días de huelga, con una semana de paro con 400 clases públicas en 100 cortes de calle a lo ancho del país. Ante esto, el Gobierno dice haber mejorado su oferta de 15% de aumento en mayo y reapertura paritaria en diciembre, que suponía una pérdida salarial cercana al 25%. Sin embargo, esta supuesta “oferta superadora” implica un 16% de aumento en mayo y 16% de aumento en diciembre con paritarias cerradas hasta mayo del 2017; dicho de otra forma: el Gobierno no se movió un centavo de su posición inicial. Lo que empieza a ser cada vez más claro es que el objetivo de la lucha docente no es “negociar” para sacar un poquito más, sino lograr por lo menos cubrir el ataque al salario perpetrado por el Gobierno a través de tarifazos y aumentos inflacionarios absolutamente incosteables para los trabajadores y el pueblo. Eso es lo que se está expresando en el reclamo paritario docente de un 40% de aumento retroactivo a enero y una cláusula de revisión en julio de este año. La carpa de los docentes universitarios instalada frente al Congreso es una bandera de esta lucha, que se enmarca también en meses marcados a fuego por los paros nacionales de ATE del 24 de febrero y el 19 de abril contra los despidos masivos en el Estado, y por las extensas luchas de los docentes en Mendoza, Tierra del Fuego y Santiago del Estero. Frente a una dirigencia sindical que sólo “combate” el ajuste con discursos, cada vez es más sentida la necesidad de organizarnos desde abajo y luchar juntos en un gran paro nacional de todxs lxs trabajdorxs del país para derrotar el ajuste y el tarifazo del Gobierno, por el cese inmediato de los despidos, por la reincorporación inmediata de lxs 140.000 trabajadorxs despedidxs desde la asunción de Macri y por un aumento general de salarios y jubilaciones que compense la inflación e iguale la canasta familiar. Para lograr esto, no sólo tenemos que pelear contra el ajuste brutal del Gobierno: también tenemos que pelear para no tener más dirigentes que nos aten las manos, tenemos que pelear por dirigirnos a nosotrxs mismxs.
El ajuste del macrismo en las Universidades públicas no sólo viene de la mano de un ataque al salario obrero, sino también con despidos, como los que están comenzando a anunciarse en la Facultad de Psicología de la UBA. Frente a esto, crece la lucha y la organización docente y estudiantil, y las medidas de fuerza cada vez son más audaces. Entre los docentes universitarios incluso estaba empezando a circular la idea de impedir el comienzo del segundo cuatrimestre como medida de lucha, en el caso de que el Gobierno no retroceda en el actual ataque al salario. Justamente cuando entre los docentes empezaba a crecer esta idea, el propio ajuste macrista puso en duda el inicio del segundo cuatrimestre en la Universidad de Buenos Aires, pero no por una medida de lucha sino porque los fondos de la UBA no alcanzarían ni para pagar el tarifazo en la luz y el agua. La semana pasada, el Rectorado de la UBA aprobó el recorte presupuestario de este año, el cual contempla un aumento por abajo de la inflación en el presupuesto de salarios docentes y no docentes de la UBA, y un aumento solamente del 2% para los gastos de la UBA en general, pero contempla el mismo presupuesto del 2015 para los gastos de funcionamiento de todas las facultades, los hospitales, los institutos de enseñanza media y el ciclo básico común. Esto quiere decir que, desde el presupuesto elaborado por el Gobierno y aprobado por el rectorado de la UBA, se estipula un ataque directo al salario docente y no docente, y un ajuste igual a la inflación (es decir, brutal) para los cientos de miles de estudiantes de la UBA. Esta crisis financiera de la UBA, que salió a la superficie desde que las facultades de Medicina y Ciencias Exactas se declararon en emergencia presupuestaria, abre la posibilidad de que las facultades no puedan pagar los servicios desde agosto y plantea la necesidad inminente de que los establecimientos educativos sean exentos del impacto del tarifazo. La divulgación de esta crisis presupuestaria obligó al Gobierno a sumar $400 millones para los gastos de funcionamiento de las universidades públicas; aun en el caso de que esto alcanzara para el pago del tarifazo en el agua y la luz, no modificaría de raíz el ajuste del Gobierno, especialmente en relación al salario docente.
La lucha contra el tarifazo y contra el ajuste en la universidad pública, y por una educación verdaderamente pública y gratuita no se expresa solamente por el lado de los docentes, sino también por el lado de los estudiantes. El tarifazo en el colectivo y el tren (que está por llegar también al subte) revivió la lucha de la Noche de los Lápices y puso nuevamente en discusión una consigna histórica del movimiento estudiantil: el boleto educativo gratuito. Frente al anuncio de estos aumentos, bastó con una auto-convocatoria espontánea para que varios cientos de estudiantes universitarios nos encontráramos en las calles en reclamo del boleto gratuito. A los pocos días, el reclamo comenzó a resonar en muchas facultades de la UBA, en universidades del conurbano, en algunos secundarios y hasta empalmó con la lucha de los colegios pre-universitarios en lucha contra la violencia de género y los regímenes elitistas y expulsivos. La expansión de la consigna del boleto educativo gratuito para todas y todos los estudiantes, docentes y auxiliares de todos los niveles terminó en una convocatoria general a la que adhirieron centros de estudiantes secundarios y universitarios, federaciones de secundarios, la FUBA y organizaciones gremiales docentes, además de partidos políticos de todos los colores (desde la izquierda hasta el radicalismo y el kirchnerismo). Esto concluyó, el pasado jueves 21 de abril, en la marcha estudiantil más grande desde el “estudiantazo” de 2010. El tarifazo la volvió una consigna de unidad en todos los sentidos: de unidad de todos los centros de estudiantes y las federaciones de todos los niveles educativos, de unidad de los estudiantes con los gremios docentes y los no docentes (o auxiliares), de unidad de todos los sectores políticos, y de unidad nacional de las luchas locales que han surgido hasta ahora.
Las luchas del movimiento estudiantil y de los docentes son indisociables; por eso la unidad es hoy nuevamente la clave de nuestras luchas. El paro docente con clases públicas fue fuerte por la adhesión de los trabajadores, pero también por el apoyo de los estudiantes. La continuidad el plan de lucha docente va a estar dado por una nueva semana de paro con clases públicas, que concluirá en una concentración unitaria de estudiantes y docentes en defensa de la universidad pública gratuita, que posiblemente se realice el viernes 13 de mayo a las 13 hs en el Palacio Pizzurno. Necesitamos ser miles de estudiantes y docentes y, para eso, necesitamos ser miles los que tomemos esta lucha en nuestra manos y apostemos a construir desde abajo masivas asambleas inter-claustros en cada facultad y una coordinadora verdaderamente unitaria y organizada desde abajo. Allí encontraremos la fuerza para defender el salario, derrotar el ajuste del Gobierno y garantizar la gratuidad de las universidades y la educación pública.
AyL UBA