Guerra Preventiva
*Por Eduardo Pavlovsky
En el comienzo de la segunda guerra mundial las invasiones del ejercito alemán a Renania, Checoslovaquia, Polonia y su entrada triunfal en París, contó con gran apoyo del pueblo alemán por las escasas víctimas de soldados alemanes y por la casi totalidad de apoyo que contaba el “Fuhre” de un pueblo que anhelaba un líder de esas características mesiánicas y posible reparador de la humillación que sufrió Alemania con la derrota de la primer guerra mundial y de la profunda herida en su autoestima después del tratado de Versailles.
El mismo Goebbels, genio y creador de la figura mítica de Hitler comenzó a creer en el mito inventado por él, cuando el fuhrer invadía con su ejercito Europa con tanta facilidad. El hombre propicio para la ocasión propicia. Alemania se había unido alrededor de su figura mítica. (El Mito de Hitler. Ian Kershaw)
Solo faltaba el imperio Británico, el gran enemigo, y la reparación seria total. Hubo cierta preocupación cuando el fuhrer comenzó con su avance hacia la Unión Soviética. Pero las preocupaciones comenzaron a disiparse cuando llegaban las noticias de los impresionantes éxitos de la Wehrmatch en los primeros avances.
La captura de gran cantidad de prisioneros soviéticos y la incautación de gran cantidad de material bélico parecían confirmar la línea propagandística que sostenía que las tropas alemanas podrían destruir rápidamente al “inferior” Ejercito Rojo y que la victoria relámpago estaba a la vista. En octubre de 1941 en un discurso pronunciado en el Palacio de Deportes de Berlín, Hitler califico la invasión de la Unión Soviética como una “guerra preventiva (mato 30.000.000 de rusos) que se anticipaba en el momento preciso al asalto que los bolcheviques habían planeado contra el Reich y decía que la victoria era cuestión de días” . en el año 1971 estuve en Moscú y pude verificar personalmente en un monumento el lugar preciso donde Hitler había llegado para su entrada triunfal en Moscú (no mas de 20Kms del centro de la ciudad) “ no teníamos ni idea de los gigantescos que eran los preparativos que realizaba este enemigo contra Alemania y Europa, ni de lo inmensamente grande que era el peligro, o de por cuan escaso margen hemos evitado la destrucción de Alemania y de toda Europa”.
La conclusión que se extraía era la de que la “guerra en Rusia podía considerarse ya acabada” y que la inminente ofensiva final podía también considerarse como el decisivo golpe que el ejercito alemán asestaba a la diezmada resistencia soviética. Ultimo y poderoso golpe destinado a aplastar al enemigo antes del invierno.
También decía que contaba con el apoyo del pueblo ruso que lo aceptaba en su invasión para librarse del yugo de Stalin. No era una invasión, sino también una guerra preventiva, y al mismo tiempo la liberación del pueblo soviético.
Hitler huyo de las cercanías de Moscú, y el ejercito alemán fue diezmado en la gesta de Stalingrado – donde la resistencia del pueblo ruso se convirtió en una de las epopeyas mas heroicas de la guerra.
La importancia de la guerra preventiva del presidente norteamericano para invadir Irak y “salvar” con su ataque preventivo – un ataque de Irak con armas de destrucción masiva, tuvieron el antecedente en el discurso de Hitler pronunciado en el año 1941 en el Palacio de los Deportes de Berlín.
“Si no atacamos ahora a los rusos, Europa será destruida por las armas soviéticas”.
Es interesante establecer la analogía, porque los bigotes de Hitler en la cara de Bush, expresan la similitud de las explicaciones con que los dos dictadores invadieron a la Unión Soviética y a Irak. Las guerras preventivas. El problema es que el mundo reaccione a tiempo frente a futuras guerras preventivas. La actitud mas irracional cobra inteligibilidad cuando se la lee en un espectro de relaciones mas amplias. (David Cooper. Antipsiquiatria)