El 22 de noviembre el pueblo argentino se enfrentará por primera vez a un escenario de balotaje para una elección presidencial. La presión por el “voto útil” o por elegir al “menos malo” habla por sí sola sobre las pocas expectativas que despiertan ambos candidatos, sobre todo para millones que no eligieron ni a Macri ni a Scioli en primera vuelta. Una primera vuelta que mostró que,si se toma la totalidad del padrón, más del 55 % no votó a alguno de estos dos candidatos. Esto no es un hecho aislado. Tiene que ver con un proceso de crisis de la dirigencia política que salió a la superficie en el 2001 y que todavía no se encuentra cerrado. En lo fundamental porque lejos de que “con la democracia se come, se cura y se educa”, los problemas fundamentales del pueblo trabajador siguen sin resolverse. Y para muchos seguirá de ese modo gane quien gane.

Es por eso que frente a la presión que desde arriba nos empuja a tener que elegir por uno de los dos candidatos, nos preguntamos: ¿alguno de los dos aumentará el poder adquisitivo del salario en enero? ¿Reducirá el trabajo en negro? ¿Desconocerá los reclamos de los buitres y de los demás usureros? ¿Pondrá impuestos a la renta financiera? ¿Aumentará los impuestos a las ganancias de los bancos y de las empresas? ¿Le dará la administración del ANSES a los jubilados y a los trabajadores? ¿Mejorará las jubilaciones indignas de hoy?¿Prohibirá los despidos? ¿Enfrentará a la burocracia sindical, a los Caló, los Pignanelli, los Moyano, los Venegas, los Cavallieri, o los tendrán como socios? ¿Enfrentará la extendida extranjerización de la economía y la concentración de la propiedad y de las riquezas? ¿Prohibirá la megaminería a cielo abierto con uso de cianuro? ¿Combatirá la soja transgénica y la fumigación con glifosato? ¿Echará a Monsanto del país? ¿Rescindirá los acuerdos secretos con Chevron? ¿Construirá las millones de viviendas populares, escuelas y hospitales sacando fondos de las ganancias de las grandes empresas y del pago de la deuda externa? ¿Garantizará la soberanía alimentaria? ¿Garantizará el derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo sin que sea penada por eso o que corra riesgo de vida por ejercer ese derecho?. ¿Combatirán la violencia de género? ¿Combatirá el narcotráfico y la trata que tan vinculado está al poder político? ¿Alguno de los dos dejará de llenarnos de cámaras que nos vigilan por todas partes o de taparnos con propagandas de más policías y patrulleros, gendarmes y prefectos? ¿Alguno asegura que no nos aumentará las tarifas de los servicios públicos pero nos darán luz, agua, transporte y servicios dignos a costa de las utilidades de las empresas concesionarias? ¿Alguno de los dos piensa en mecanismos de democracia más directa, de revocatoria de mandatos, de licencia social, de elección popular de los jueces, de sueldos de los funcionarios iguales a los que gana el promedio del pueblo trabajador? Si no lo han hecho hasta hoy ¿por qué tenemos que pensar que lo harán en el futuro?

No, ninguno lo hará. Es más, en la campaña dijeron que harán lo contrario, al punto que proyectan meternos la mano en el bolsillo, y para eso anticipan las designaciones de Berni, Granados, Burzaco, Montenegro para reprimirnos si protestamos.

Entonces ¿por qué votarlos? Si no van a hacer nada de eso ¿porqué no proponer rechazarlos a los dos? ¿Porqué pretenden obligarnos a elegir entre esos que ya rechazamos en la primera vuelta? ¿Lo hacen porque no lograron por las suyas los votos que necesitan para ajustarnos y entonces ahora nos extorsionan para obligarnos a hacer en la segunda lo que no quisimos hacer en la primera? Si no los votamos en la primera ¿por qué nos vamos a sentir obligados ahora?

En el balotaje, el pueblo argentino tiene solo dos opciones: votar por alguno de los dos candidatos que nos quieren imponer los de arriba y darles fuerza con el apoyo del pueblo, o rechazar ambos para debilitarlos como parte de empezar ya a enfrentarlos en defensa del salario, del trabajo y contra las políticas de ajuste que preparan. Esa lucha que empieza ya votando en blanco y debe continuar ni bien asuman para impedir ajustes la proponemos como parte de seguir juntando fuerzas los de abajo en la pelea por construir una alternativa socialista basada en la auto-organización y la auto-dirección del pueblo trabajador.

Por eso, y frente a ese gran desafío que tenemos como pueblo, propiciamos votar en blanco. El verdadero voto útil para los trabajadores y las trabajadoras.