¿Qué pasa si no pagamos?
*Por Luis Zamora
En cuanto a las consecuencias de no pagar la deuda nunca sostuvimos que no “pase nada” (ya que siempre buscamos tener una posición seria frente al tema) sino que afirmamos que las cosas positivas que vendrán serán muchas más que los riesgos o puntuales represalias que se pueden derivar. No, terminantemente no creo que nos invadirían militarmente. Eso carece de sustento, nunca se amenazó a ningún país en los últimos 30 años con esa represalia por un tema financiero (solo la de no van a tener más crédito, nadie les prestará, etc., etc.) y menos en este mundo que avanza hacia la multipolaridad y en la región las circunstancias son mucho más favorables para posiciones de independencia. En cuanto a acciones judiciales las ha tenido Argentina en estos años en contra pese que ha pagado “serialmente” fortunas (arriba de 150.000 millones de dólares y más si tenemos en cuenta refinanciaciones) como confiesa la propia presidenta y las tendremos de todas formas. Aun pagando ahora a los buitres como el gobierno lo va a hacer. Y hasta ahora no sido nada grave. Y lo serían menos si Argentina suspende los pagos e informa al mundo que inicia una investigación (para lo cual ya se cuenta con investigaciones de la Justicia argentina y muchas privadas que much@s hemos hecho en estos año) respecto de la ilegitimidad de la deuda y de las sumas ya pagadas. Los que hemos trabajado el tema sabemos que la conclusión determinaría que una porción mayoritaria de lo que se reclama al país es ilegítimo y que, en todo caso, ya se ha pagado varias veces. Eso debería ser informado al pueblo argentino para que sea este el que decida el no pago y lo respalde. En ese caso difundir internacionalmente las conclusiones en detalle y la decisión del pueblo de no pagar lo ilegítimo y/o ya pagado, con todos los antecedentes y pidiendo la solidaridad de los pueblos ante cualquier medida que intente cuestionarla. Para contrarrestar la campaña de “los que mandan” en el mundo proponemos salir a recorrerlo para explicar a los pueblos y sus organizaciones de lo que se trata e implica el fraude de la deuda, buscando solidaridad y apoyo y promoviendo imitaciones en su caso de forma de no quedar aislados y juntar fuerzas. Abrirnos, no cerrarnos. Muchos pueblos están igual que nosotros o peor. Y al suspender los pagos (y otras medidas como la propiedad pública de todos los bancos y del comercio exterior para evitar la inmediata fuga de capitales) empezarían a quedar sumas formidables de reservas para poder pagar al contado lo que necesitemos si se encontraran dificultades en el comercio habitual del país. Piénsese que del país salieron en estos 10 años 350.000 millones de dlrs. Y eso a pesar de que pagamos la deuda “serialmente” y la rentabilidad empresaria fue superior aun a la de la década menemista. Pero no se reinvirtió esa ganancia aquí, se la volvieron a llevar afuera. Lo que podríamos hacer si empezamos a contar con esos recursos. Argentina debía en 1983 40.000 millones de dlrs. Habrá pagado en estos 30 años cerca de 400.000 millones de dólares, y sin embargo debe 250.000 millones de dólares. De allí surge la otra pregunta, la que deberíamos hacernos, la que no se promueve: ¿Qué pasa si seguimos pagando?