ENFERMERÍA SE PUSO DE PIE, ORGANIZÁNDOSE Y DECIDIENDO DESDE ABAJO
Una lucha que se levantó contra el ninguneo del Gobierno de Larreta
La marcha del 21N fue la primera de un proceso de enorme movilización
* Por Sergio Sallustio y Fernando Vilardo (Legislador CABA-AyL)
No es casual el momento. Para cumplir el acuerdo con el FMI, el gobierno está ajustando las condiciones de vida del pueblo trabajador y garantizar los pagos de la deuda externa. Estas políticas de ajuste y flexibilización avanzan destruyéndolo todo: los bienes comunes, el salario, las jubilaciones… Pero no podrían avanzar si no fuese por la mayoría de la dirigencia política y gremial, que o bien son quienes impulsan estas políticas, o bien son cómplices. Un claro ejemplo de esto último es la CGT, el gran cómplice del gobierno y el FMI, que intenta atarle las manos al pueblo trabajador para impedirle enfrentar este ajuste. Los y las enfermeras de la Ciudad sufren el mismo retroceso en sus condiciones de vida que el conjunto del pueblo trabajador, pero además padecen a la dirigencia de SUTECBA, cómplice sin disimulos del gobierno de Larreta. Pero enfermería se puso de pie, y lo hizo organizándose y tomando todas las decisiones desde abajo.
La lucha que están dando comenzó el pasado primero de noviembre, cuando la Legislatura de la Ciudad votó una Ley de Profesionales de la Salud, en la que se excluye y discrimina deliberadamente al conjunto de la enfermería y a las licenciadas en bioimágenes e instrumentación quirúrgica. De esta manera, el Gobierno de la Ciudad no considera a las enfermeras profesionales de la salud; de hecho, no las considera ni siquiera trabajadoras de la salud sino empleadas administrativas, lo que implica menores salarios y derechos laborales.
Votada la ley, se despertó ese “elefante blanco” que es la enfermería. Fue una irrupción desde abajo y auto-convocada que desbordó a la dirigencia sindical. Comenzó con abrazos espontáneos y movilizaciones en cada hospital, para luego llevar adelante masivas manifestaciones al Congreso y Plaza de Mayo. Ante una nueva traición de sus dirigentes, los y las enfermeras se lanzaron a enfrentar al gobierno por sí mismas/os y comenzaron a organizarse de manera independiente y desde abajo, para que sea el conjunto el que tome las decisiones y no una pequeña minoría desde arriba. Hubo asambleas auto-convocadas en muchos hospitales, y luego una asamblea inter-hospitalaria para articular la lucha que estaban dando de conjunto.
El camino de organizarse y decidir desde abajo está lleno de obstáculos y desafíos, pero es la única forma de derrotar al gobierno para ser reconocidas como lo que indudablemente son: profesionales de la salud. Pero no sólo enfrentan al gobierno: enfrentan a los directivos de los hospitales que les descuentan el día en cada movilización y les impiden reunirse en asambleas; enfrentan la complicidad de la burocracia gremial, que odia los proceso democráticos y asamblearios, y por eso recurre a amenazas y agresiones físicas por parte de sus patotas.
Los y las enfermeras están marcando un camino que, a nuestro modo de ver, todo el pueblo trabajador debería tomar como ejemplo: ante la traición de los dirigentes, siempre buscar la alternativa de organizarse democráticamente desde abajo y tomar todas las decisiones colectivamente, sin las imposiciones verticales típicas de la burocracia que tiene copados los sindicatos. Es un método de lucha que empalma con los nuevos tiempos, donde los procesos más dinámicos están emergiendo desde abajo y sin dirigentes. Son los tiempos de la imponente rebelión mundial de mujeres, de los indignados en el Estado Español, de los chalecos amarillos en Francia. Si como pueblo trabajador tomamos el ejemplo de la enfermería y lo llevamos hasta el final, tenemos planteada la enorme posibilidad de derrotar el tarifazo y el ajuste que está llevando adelante el gobierno, desconocer el nefasto acuerdo con el FMI y construir desde abajo un proyecto alternativo a este sistema de explotación y saqueo, que debe ir de la mano de mecanismos de una democracia cada vez más directa en la que el pueblo trabajador decida todo.