LA DEMOCRACIA SEGÚN LA NACIÓN
* Por Pablo Alberto Ramos (integrante de Autodeterminación y Libertad)
“La democracia no funciona si todo el poder es para el pueblo”, escribió La Nación en su edición de ayer. En realidad, esto lo dice un tal Jürg Steiner, un supuesto “experto” en el tema. Pero La Nación tomó esa frase y se la apropió.
Su punto de partida es el Brexit y el terremoto financiero y político desatado por esa decisión popular. Y luego viene la maniobra: como el pueblo votó salir de la Unión Europea y eso acentuó la crisis de la Unión Europea (que es la crisis del capitalismo en el mundo), entonces se debe sacar la conclusión de que los pueblos del mundo son incapaces de tomar decisiones, porque son contradictorios, se equivocan, etc. Y luego cargan esta idea de espectacularidad: si el pueblo decide, entonces la democracia no funciona, dicen. O lo maquillan de esta otra forma: “El poder del pueblo siempre tiene que estar balanceado con el del parlamento, la administración y los tribunales”. Queda claro que para La Nación la democracia es cualquier cosa menos el gobierno del pueblo. O, más bien, es lo contrario al gobierno del pueblo.
Lo mejor de esa frase es que clarifica la relación entre “el parlamento, la administración y los tribunales” (es decir, los tres poderes del Estado) y el poder del pueblo. Sí, lo mejor de la frase es que no da vueltas a la hora de explicar qué es el Estado. Porque si el Estado debe “balancear” el poder del pueblo, es porque el poder del Estado es opuesto al poder del pueblo. Y ciertamente lo es. “¿Es una buena idea preguntar a la población en referendo sobre cuestiones demasiado complejas o trascendentales?”, pregunta La Nación. Su respuesta es que no, que el pueblo no puede decidir las cuestiones fundamentales, que para eso está la dirigencia política, que “el pueblo no delibera ni gobierna sino a través de sus representantes”, que el pueblo está para votar cada cuatro años y para nada más.
Pero justamente lo que cada vez está más planteado como una necesidad para los pueblos del mundo es todo lo contrario. Lo que está planteado para lxs trabajadorxs y la juventud de Francia no es dejar que Hollande y la troika le impongan la reforma laboral, sino rebelarse, enfrentar este ataque del Gobierno y luchar por mecanismos de una democracia cada vez más directa donde el pueblo trabajador decida y los Hollande sean meros ejecutores de las decisiones del pueblo. Y si no hacen lo que dice el pueblo, que se le pueda revocar el mandato. Todo lo contrario a lo que dice La Nación.
A diferencia de La Nación, respetamos las decisiones de los pueblos. Pero no nos conformamos con un referéndum cada tanto. Luchamos y ponemos toda nuestra energía militante para impulsar que los pueblos manden y los funcionarios ejecuten.
sueño con una argentina donde el trabajador no este para votar cada 4 años y nada mas..
Muy interesante opinión. Muchas gracias.
Excelente , comparto totalmente!!
Se está hablando de una nota de BBC Mundo que levanta lanacion.com.ar http://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-36674195