¡QUE SE VAYA LA CORTE DEL 2×1!
Un rechazo masivo, marchas en todo el país y 500.000 movilizándonos en Plaza de Mayo logramos derrotar la aplicación del 2×1 a los genocidas.
Un fallo de la Corte vulgarmente llamado “del 2×1” pretendió reabrir el camino de impunidad de los represores de la dictadura. Una vez más, como tantas otras veces en las últimas décadas, este intento provocó un gigantesco rechazo y mostró nuevamente la firme decisión popular de condena al genocidio. Como cuando se llenaron las plazas del país en Semana Santa de1987 o las importantes marchas contra los indultos menemistas, las movilizaciones de todos los 24 de marzo, el triunfo de la reapertura de los juicios en el 2003, la indignación por la desaparición de Julio López, la repulsa por la designación de Milani como Jefe del Ejército por parte del gobierno anterior, el rechazo a cada declaración de funcionarios del gobierno de Macri negando la gravedad del genocidio.
Una y mil veces la lucha de Madres y Abuelas y de la mayoría del pueblo que las hemos acompañado y apoyado durante décadas ha hecho resonar el grito de Verdad y Justicia. Hemos festejado con orgullo cada nieto o nieta que recupera su identidad.
De allí que se haya rechazado masivamente este intento de impunidad pronunciado por la mayoría de la Corte. El repudio al fallo se extendió hasta niveles masivos en todos los sectores populares. Se produjo un hecho impactante. En alguna forma todas las instituciones del poder quedaron descolocadas por la fuerza y masividad de la repulsa. Después de un tímido respaldo a la Corte en el primer día, los días siguientes el gobierno también se distanció y las declaraciones de funcionarios se fueron sumando uno tras otro. Ningún Juez quiso quedarse atrás y fueron rechazando uno a uno nuevos pedidos de represores del 2×1, desconociendo lo sentado por la Corte.
La dirigencia tradicional pasó del uso oportunista inicial y el pase de facturas entre sí, más como parte de un anticipo de campaña electoral, a advertir la gravedad de lo que pasaba por abajo. Empezaron a anunciar medidas, proyectos de ley, denuncias penales, pedidos de juicio políticos a los jueces, denuncias a la OEA. Pero todo se volvía insuficiente ante el rechazo que se fue extendiendo y profundizando.Paralelamente hasta la Iglesia y el Episcopado retrocedieron. El silencio de Macri hacía “ruido”. Se vio obligado a salir finalmente teniendo que hablar nada menos que de “crímenes de lesa humanidad” y condenar el 2×1 a esos crímenes. ¡Macri!. A la par se reunió de apuro el Congreso y en horas se acordó una ley “interpretativa”, parche jurídico con la que se trata de darle una excusa a la Corte para que pueda justificar lo que no tiene justificación alguna.
La decisión y el sentimiento popular se había expresado con una movilización formidable, masiva, unitaria y fuertemente emotiva. El pueblo logró derrotar, por el momento, este intento de reabrir caminos de impunidad. Lo fulminó de raíz obligando a las instituciones del poder a retroceder. ¡El poder del pueblo! El que no usamos habitualmente. Siempre nos enseñan a seguir a los dirigentes o a ir a reclamarles. Esta vez nos movilizamos desde abajo para decirles a los de arriba lo que tenían quq hacer. Se lo impusimos. Los dirigimos.
Pero hay que impedir nuevas maniobras. Los jueces de la Corte se tienen que ir. Primero acompañaron un intento del presidente de nombrarlos por decreto y como eso fracasó terminaron siendo elegidos después de “tomas y dacas” entre el gobierno y el Senado con mayoría del FPV-PJ. En AyL siempre proponemos que sean elegidos y revocados por el voto popular en vez de surgir de repartijas de cargos entre el Gobierno y el Congreso. Después del fallo aberrante que sacaron y del repudio que cosecharon no debemos permitir que se queden en sus cargos ni un minuto más.
¡Exijamos que se vayan!