El pago a los fondos buitres será recordado seguramente como uno de los momentos en la historia de nuestro país de mayor entrega por parte de la dirigencia política a favor de los grandes capitales especulativos del mundo (¡a menos que la lucha del pueblo le ponga un freno!). Rechazamos este acuerdo y repudiamos enérgicamente seguir pagando la estafa de la deuda externa que el pueblo nunca pidió ni resultó beneficiado, pero sí en cambio sirvió para enriquecer grandes empresarios y bancos.

Mientras al pueblo se lo ajusta vía suba de tarifas, techo a las paritarias, suspensiones y despidos que hoy superan los 100.000 trabajadores, la dirigencia política en su conjunto –Cambiemos, PJ-FPV, Massa, Stolbizer, entre otros– les regala a los buitres 12.000 millones de dólares, suma que representa entre 10 y 15 veces el valor mediante el cual compraron los bonos “basura”. De este modo toda la dirigencia política se pone de acuerdo en decirle al pueblo que no hay plata para salarios y jubilaciones, pero sí sale a endeudarse con sumas millonarias para pagar este robo.

Que la Deuda Externa no es otra cosa que un robo al pueblo argentino, una estafa, lo pone en evidencia la misma historia. En 1976 la Deuda rondaba los 8000 millones de dólares. A la fecha todos los gobiernos que hemos tenido han pagado “serialmente” la suma de 400.000 millones de dólares, es decir, se pagó unas 50 veces la deuda original. Sin embargo, según las últimas estimaciones, se calcula que el país debe unos 240.000 millones de dólares. ¡¡Todos los gobiernos han convalidado durante estos largos años pagarles sistemáticamente a los buitres del mundo!!. Con estos antecedentes, obviamente, no había forma de que no se pongan todos de acuerdo una vez más de que la única salida era pagar, claro que para cuidar su rol “opositor” tanto Massa como el FPV-PJ mostraron algunas disidencias que en definitiva no ponían en riesgo los acuerdos de fondo.

Además de convalidar esta estafa, una deuda demostradamente ilegítima y fraudulenta, todos los gobiernos cedieron sistemáticamente nuestra soberanía jurídica en favor de tribunales extranjeros (por ejemplo, Nueva York) en cada uno de sus acuerdos, lo que permitió a los Singer del mundo iniciar demandas que hoy nos colocan de rodillas frente a un tribunal norteamericano. Si a eso le sumamos que con este acuerdo también regalamos cientos de millones de dólares en concepto de pagos de honorarios a los abogados litigantes… ¡la entrega es total!

Desde el gobierno justifican esta entrega a partir de supuestas inversiones que lloverán “del mundo” por la confianza despertada. Si fuera así, también lo rechazaríamos. Ningún país se desarrolló con inversiones extranjeras, las cuales ingresan a un país bajo la estricta condición de que se encuentren las posibilidades de llevarse más de lo que ingresaron; lo que se traduce generalmente en mayor explotación a los trabajadores. De cualquier manera, el argumento de que con pago a los buitres “lloverán inversiones” es una lisa y llana mentira. El único objetivo está puesto en abrir un nuevo ciclo de endeudamiento. Es endeudarse para luego seguir pidiendo prestado a tasas usurarias hasta que….ya no quieran prestarnos más y la crisis se pagada por todo el pueblo trabajador. Blindaje, Megacanje, los ejemplos sobran…

Esta terrible hipoteca que nos quiere dejar toda la dirigencia política debería ser enérgicamente enfrentada por el pueblo. ¡Tenemos que pelear por decidir! Es el pueblo quien tiene que decidir qué quiere con esta estafa. Es el pueblo el que debe decidir si es mejor vivir en un país priorice a los buitres o a los 100.000 trabajadores despidos. Es el pueblo el que debe decidir si seguimos convalidando esta estafa, como lo han hecho todos los gobiernos hasta ahora, o privilegiamos la construcción de los hospitales, colegios y viviendas que faltan. Pero sabemos que solo la lucha y la movilización de este pueblo, de los de abajo, pueden arrancarle el poder de decisión que hoy tienen los de arriba. Son ellos los que quieren que esta historia, una historia de expoliación, miseria y robo, se repita, somos nosotros, los de abajo, los únicos que podemos construir un camino diferente, donde la prioridad esté puesta en las necesidades humanas y no en las ganancias de los especuladores. Ningún dirigente va a llevarnos a construir esta historia. Solo si nos autodirigimos podremos empezar a transitarla.

Un primer paso es arrancarle al poder político una consulta popular vinculante para que sea el pueblo el que decida.