TODO NUESTRO APOYO AL EMOCIONANTE PARO DE PILOTOS DE AVIÓN EN ALEMANIA
* Por Pablo Alberto Ramos (integrante de Autodeterminación y Libertad)
Un emocionante paro de pilotos impidió que salieran hoy cientos de vuelos desde distintas ciudades de Alemania hacia Afganistán abarrotados de refugiados deportados por el gobierno de Merkel. La solidaridad de clase de los pilotos alemanes no fue sólo simbólica (lo que habría sido valioso de por sí): los pilotos tomaron en sus manos la herramienta histórica de la clase trabajadora (el paro), pusieron toda esa potencia al servicio de cientos de miles de refugiados y la utilizaron para impedirle al gobierno y al Estado seguir profundizando la barbarie que le impusieron como única forma de vida a millones de refugiados de Oriente Medio.
Este emocionante paro tiene sus antecedentes, que tienen más de generales que de únicos. Desde hace años, Lufthansa está perdiendo lugar frente a los económicos pasajes de las aerolíneas Low Cost, que se sustentan fundamentalmente en la reducción del salario y la flexibilización laboral de los pilotos. Frente a este panorama (pero todavía con respaldo como para destinar 200 millones de euros a la adquisición de la aerolínea Air Berlin), Lufthansa intentó imponerle en 2015 a sus 5.400 pilotos una reducción de los aportes patronales, un aumento de la edad jubilatoria y la flexibilización de los horarios de trabajo. En respuesta a esto, se abrió una lucha de un par de años con 14 paros totales, que le costaron más de 500 millones de euros a la empresa. El acuerdo final fue agridulce: la empresa logró reducir los aportes aunque en menor medida, una cierta flexibilización horaria y una optativa extensión de la edad jubilatoria, pero los pilotos obtuvieron un aumento del salario real, en etapas, por encima del 10% (en un país prácticamente sin inflación).
Las mismas empresas y los mismos gobiernos de la Unión Europea que aplican planes de ajuste y austeridad en sus países le han impuesto, de la mano del imperialismo yanqui, la guerra y la barbarie a millones en Oriente Medio. Las Merkel no sólo son las causantes de las deportaciones: también son quienes provocaron la guerra y expulsaron de sus hogares a millones de refugiadxs en primer lugar. En parte como consecuencia de esto, el futuro de Merkel y el gobierno alemán es, por estos días, incierto, especialmente en medio de un proceso de creciente polarización social y política canalizada por derecha por grupos nacionalistas y xenófobos. Ningún posible gobierno formado por los partidos del poder económico puede resolver esta crisis, porque ellos son los que la causan y la profundizan día a día. Sólo de lxs trabajadorxs, desde abajo, puede surgir una alternativa real frente a la barbarie a la que están llevando al mundo el poder económico, sus gobiernos y sus instituciones (nacionales e internacionales). El paro de los pilotos es humano y emocionante, pero también inspirador: aunque ese proceso es muy embrionario todavía, ahí está la fuerza para construir desde abajo la alternativa socialista que imperiosamente necesitamos frente a un mundo donde el enorme y creciente peso del poder económico se traduce día a día en mayor desigualdad, mayores guerras y mayor barbarie.