Sobre el atentado en París
Desde AyL nos nace una contundente condena al atentado contra el semanario Charlie Hebdo donde fueron bárbaramente asesinados los periodistas que allí trabajaban. Nos sentimos parte del rechazo legítimo que sacude a los pueblos del mundo y de la conmoción que provocan en toda conciencia democrática. Al mismo tiempo denunciamos el uso que está haciendo de estos hechos el poder político mundial, con el gobierno de Francia a la cabeza. En nuestro rechazo a los asesinatos nada nos une con los gobiernos de la OTAN responsables de innumerables masacres colonialistas de todos los pueblos del mundo y en especial, en los últimos años del mundo árabe y musulmán.
Esta hipocresía nos parece que no debe confundirnos. Son los que secuestraron, torturaron y mataron en Argelia. No olvidamos el genocidio en Ruanda ante la mirada cómplice de Francia y de la OTAN. Estos gobiernos que hoy levantan la bandera de la libertad de expresión y de prensa son los que le mintieron a todo el planeta a través del poder de sus medios de comunicación argumentando hechos falsos para bombardear e invadir Irak y provocar más de un millón de muertes. Tampoco vimos que nunca levantaran la bandera del respeto a la vida y la tolerancia en los sesenta años que ya dura el genocidio israelí en Palestina.
Nada nos une con esos gobiernos que ahora llaman a la “unidad nacional y mundial contra la violencia” y a marchas convocadas por sus embajadas para preparar, bajo esa bandera, nuevas estigmatizaciones, nuevas discriminaciones raciales y religiosas, nuevas represiones a la juventud pobre y a los trabajadores en sus propios países, la instalación de la pena de muerte, persecución a los inmigrantes provenidos de los países que esos Estados saquean, nuevas invasiones, más guerras que garanticen este mundo de explotación y desigualdad con el que lucran.
Toda la experiencia nos enseña que estas acciones terroristas nada tienen que ver con los métodos de lucha de los pueblos y al contrario son usados después para establecer más medidas represivas de esa luchas. Menos cuando, como en este caso, las víctimas elegidas son trabajadores de la comunicación. No es casual que detrás de estos grupos suelen estar Jeques, reyes y clases dominantes de algunos países árabes, que oprimen a sus pueblos, defienden un oscurantismo retrógrado y suelen ser aliados de los más poderosos países de la tierra, petróleo mediante, como es el caso de Arabia Saudita con el llamado ISIS. Cuando no están las propias potencias financiándolos como fue originalmente EE.UU. con Al Qaeda.
Es tarea de los pueblos, nos parece, impedir que los gobiernos imperiales usen nuestras legítimas indignaciones para dividir nuestras luchas y acrecentar su poder y control represivo sobre nosotros. Repudiemos el hecho y los métodos utilizados ajenos a los pueblos y al mundo que necesitamos construir. Y denunciemos a los gobiernos que se quieren montar sobre ellos para defender ese mundo injusto del que se benefician
AUTODETERMINACIÓN Y LIBERTAD – 9 de enero de 2015